¿Seré yo?
"La forma más contradictoria de la vida humana que puede aparecer en la vida humana es el «señorito satisfecho». Por eso, cuando el señorito satisfecho se hace figura predominante es preciso dar la voz de alarma y anunciar que la vida se halla amenazada de degeneración. (...)
[El señorito satisfecho es] un hombre que ha venido a la vida para hacer lo que le dé la gana... Ya sabemos por qué: en el ámbito familiar todo, hasta los mayores delitos, pueden quedar impunes. El ámbito familiar es relativamente artificial y tolera dentro de él muchos actos que en la sociedad, en el aire de la calle, traerán automáticamente consecuencias desastrosas e ineludibles para su autor. Pero el señorito es el que cree comportarse fuera de casa como en casa, el que cree que nada es fatal, irremediable e irrevocable. Por eso cree que puede hacer lo que le da la gana"
J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
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ResponderEliminarLo que queria decir es que el filosofo en cuestión me parece muy curioso
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ResponderEliminarhola, quería aprovechar este pequeño espacio internauta; es decir esta virtual isla de folios, para dejar aquí mi asquerosa obra, que nadie la leerá, sino vosaltres:
ResponderEliminarEn las montañas del ´río mas oculto entre los árboles mas raros: el fiel autor, con la birra en mano y el papel en sus piernas cruzadas; luego de ineludibles horas de elocuencias contrariadas de infinitos invitados, cual cifra sólo no surpasa el aforo, en el parlamento de la imaginación; luego de que triunfara el orador amarillo, veloz y violento, seguido de muchos otros, en acorde cuasi perfecto con la sombra del frondoso invierno subliminal. ¡Congelándose! por el frío de la nostalgia, logró iniciar o terminar -dependiendo si eres de aquellos que no se resisten a invertir las cosas- su literatura blanca con un punto final "."
No se si sois de aquellos que invertís o de aquellos que no, de aquellos que creéis o no. O de aquellos que reís con el fraguor de una batalla. De aquellos con estéril seriedad. O de aquellos que reís junto con la mismísima dulce risa volatilizada.
ResponderEliminarSolo os digo que el papel estaba en blanco y el estaba satisfecho, y se satisfacía cuando pensaba que estaba satisfecho.