Franz Kafka
La metamorfosis
Akal, 2005
La célebre obra del escritor
praguense nos cuenta la historia de Gregorio Samsa, quien una mañana se
despierta convertido en una especie de insecto. Bajo este argumento, que a
primera vista puede parecer incluso cómico, subyace un fondo de difícil
interpretación. Una lectura más allá de la superficie nos dejará ver varios
temas profundos, como la soledad, las apariencias etc.
El
texto, conforme avanza, va sumiéndose en un ambiente cada vez más decadente y
oscuro, que se refleja en la progresiva degradación de Gregorio, el aumento de
su soledad y el estado de la habitación donde vive; el propio ritmo lento de la
obra incrementa esta sensación. En el
transcurso de la historia, Kafka juega (y
creo que es importante no perderlo de vista) con que el lector sabe que
Gregorio conserva su humanidad a pesar de su apariencia, mientras el resto de
los personajes, y sobre todo su hermana, van perdiendo esa percepción.
Desde
su publicación, La metamorfosis ha sido una obra tremendamente polarizante: no
ha dejado a nadie indiferente. Cuenta con numerosos admiradores, así como con muchos
detractores que la tachan de rara y lenta. Personalmente me parece un libro
extraño pero brillante, que requiere una lectura profunda. Por su envoltorio
podría parecer un caramelo más, pero esconde un sabor exquisito. Muy
recomendable.
Desde que era un niño esta obra me causo gran curiosidad tan solo con la imagen y el titulo. Ahora grande, aun sin haberla leido, la conozco con otros prejuicios, e investigaciones. Sin embargo me complace que esta opinion aqui expuesta, me prepare dignamente para la tan ansiada y evadida lectura. Hay una esperanza de que ese dia llegue
ResponderEliminarlo lei cuando era un niño y desde entonces miro mis manos todos los días nada más despertarme...
ResponderEliminarA propósito de la primera y última entrada del blog os copio un párrafo que acabó de leer (se ve que escogéis muy bien vuestras lecturas):
ResponderEliminar"El hecho es que el propio Kafka halló en Chesterton un espejo de su propia angustia. Sabemos por el testimonio de su joven amigo y admirador que Kafka admiraba particularmente "El hombre que fue jueves" (...) Chesterton se quejó una vez de que la mayoría de los electores no parecían retener nunca el título completo: "El hombre que fue jueves. Una pesadilla". Pero, desde luego, a Kafka no se le escaparon esas dos últimas palabras".
La cita es de Simon Leys, en "Breviario de saberes inútiles", Acantilado, Barcelona 2016, p. 84
Eliminar«Sentadas alrededor de aquella gran mesa auxiliar de hierro, llena de ramos con flores, comentábamos una y otra vez las novelas que leíamos. Al volver la vista atrás me sorprende lo mucho que aprendimos casi sin darnos cuenta. En palabras de Nabokov, íbamos a ver cómo las piedras corrientes de la vida cotidiana se transformaban en joyas gracias al ojo mágico de la ficción» (A.Nafisi)
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