jueves, 3 de noviembre de 2016

Franz Kafka

La metamorfosis

Akal, 2005

La célebre obra del escritor praguense nos cuenta la historia de Gregorio Samsa, quien una mañana se despierta convertido en una especie de insecto. Bajo este argumento, que a primera vista puede parecer incluso cómico, subyace un fondo de difícil interpretación. Una lectura más allá de la superficie nos dejará ver varios temas profundos, como la soledad, las apariencias etc.
                El texto, conforme avanza, va sumiéndose en un ambiente cada vez más decadente y oscuro, que se refleja en la progresiva degradación de Gregorio, el aumento de su soledad y el estado de la habitación donde vive; el propio ritmo lento de la obra incrementa esta sensación.  En el transcurso de la historia, Kafka juega  (y creo que es importante no perderlo de vista) con que el lector sabe que Gregorio conserva su humanidad a pesar de su apariencia, mientras el resto de los personajes, y sobre todo su hermana, van perdiendo esa percepción.

                Desde su publicación, La metamorfosis ha sido una obra tremendamente polarizante: no ha dejado a nadie indiferente. Cuenta con numerosos admiradores, así como con muchos detractores que la tachan de rara y lenta. Personalmente me parece un libro extraño pero brillante, que requiere una lectura profunda. Por su envoltorio podría parecer un caramelo más, pero esconde un sabor exquisito. Muy recomendable.

5 comentarios:

  1. Desde que era un niño esta obra me causo gran curiosidad tan solo con la imagen y el titulo. Ahora grande, aun sin haberla leido, la conozco con otros prejuicios, e investigaciones. Sin embargo me complace que esta opinion aqui expuesta, me prepare dignamente para la tan ansiada y evadida lectura. Hay una esperanza de que ese dia llegue

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  2. lo lei cuando era un niño y desde entonces miro mis manos todos los días nada más despertarme...

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  3. A propósito de la primera y última entrada del blog os copio un párrafo que acabó de leer (se ve que escogéis muy bien vuestras lecturas):
    "El hecho es que el propio Kafka halló en Chesterton un espejo de su propia angustia. Sabemos por el testimonio de su joven amigo y admirador que Kafka admiraba particularmente "El hombre que fue jueves" (...) Chesterton se quejó una vez de que la mayoría de los electores no parecían retener nunca el título completo: "El hombre que fue jueves. Una pesadilla". Pero, desde luego, a Kafka no se le escaparon esas dos últimas palabras".

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    1. La cita es de Simon Leys, en "Breviario de saberes inútiles", Acantilado, Barcelona 2016, p. 84

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  4. «Sentadas alrededor de aquella gran mesa auxiliar de hierro, llena de ramos con flores, comentábamos una y otra vez las novelas que leíamos. Al volver la vista atrás me sorprende lo mucho que aprendimos casi sin darnos cuenta. En palabras de Nabokov, íbamos a ver cómo las piedras corrientes de la vida cotidiana se transformaban en joyas gracias al ojo mágico de la ficción» (A.Nafisi)

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