Hemos perdido la reseña de Antígona... pero ¿hacía falta recordar su argumento? ¿Es necesario describir una vez más la tragedia por la que pasa la joven tebana?, ¿sus conflictos interiores al saber que un real decreto le impedía enterrar a su hermano?
Antígona es un mito fundamental de Occidente. Sí, de Occidente. Porque en él ha aprendido una cultura entera lo que significa ser humano. La historia de la hija de Edipo manifiesta que la conciencia es una ley más profunda que cualquiera de las que dictan los hombres, y que seguirla es el imperativo que nos distingue de los brutos.
Sería sencillo hacer referencia aquí a un tema tan a flor de piel en nuestra sociedad como la desobediencia civil. Pero es que el tiempo en que vivimos ha hecho de ella un asunto manido y trasnochado, algo que se ha convertido en moda, rasgo propio de un colectivo que encuentra su identidad en seguir la voz de su amo. Y así se pierde la esencia del mito. Antígona habla de una voz y de un amo que no son los del grupo; habla de ese núcleo íntimo y personal que nos constituye en lo que somos.
El dilema entre obedecer el dictado de la autoridad establecida y seguir la propia conciencia, a riesgo de perder la propia vida, es tan antiguo como el mundo que llamamos Occidente. Y eso es precisamente lo que Occidente parece haber olvidado. Retrotraernos a nuestras raíces nos da una visión nueva de quiénes somos; una visión original. Volver al origen es volver a nacer. Quizá es eso lo que necesitamos.
Lo mejor de leer es poder compartirlo. Pero compartir a palo seco... mejor maridar birra y papel.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
miércoles, 7 de diciembre de 2016
A. Fournier, El gran Meaulnes
Mondadori, Barcelona 2004
El gran Meaulnes es una novela
entrañable que narra las aventuras de un niño intrépido y con una
extraordinaria personalidad.
Su autor, Alain Fournier, sólo
pudo escribir este libro, ya que lamentablemente
murió luchando en una de las primeras batallas de la Gran Guerra a la
edad de 27 años.
La historia narra cómo un niño
llamado Agustín Meaulnes llega a Vierzón para asistir al colegio de
Sainte-Agathe y se aloja en la casa de Francis Seurel, hijo del maestro de la escuela.
Agustín y Francis establecen una
gran amistad donde la admiración de Francis hacia el “gran Meaulnes” le lleva a
acompañarle en sus aventuras en el colegio y en el pueblo. La verdadera trama
sucede cuando Agustín escapa del colegio para visitar a su madre y se pierde
por el camino. Al volver Meaulnes ha cambiado y está obsesionado por ubicar
geográficamente el extraño camino que tomó. Es entonces cuando su mejor amigo, Francis, descubre que Agustín ha conocido a una hermosa mujer de la que no puede
olvidarse, y decide ayudarle a encontrarla.
El libro describe, creando unas
imágenes excelentes cómo estos dos
amigos afrontan los acontecimientos que se les vienen encima a lo largo de
aquel camino que “el gran Meaulnes” tomó un día accidentalmente.
Juanjo
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Para variar, un poema
INVITACIÓN AL VIAJE
¿Cuándo iremos al mar,
tú y yo, juntos y solos?,
¿cuándo podremos ir al mar?, ¿podremos?,
¿iremos algún día tú y yo al mar?
No conozco la arena entre tus dedos,
ni el olor de la crema protectora en tus hombros,
no he escuchado contigo el rumor de las olas,
ni he besado la sal en nuestros labios.
No sé lo que es quedarse
a tu lado en silencio mirando el horizonte.
No he visto el mar contigo.
No sé lo que es el mar.
Este poema de Amalia Bautista me ha abierto un horizonte inesperado: la realidad del co-ser, el ser con, que es tan propio de la persona. Tengo que leer más sobre esto... ¿Se os ocurre algo?
viernes, 11 de noviembre de 2016
Literatura vivida
«Sentadas alrededor de aquella gran mesa auxiliar de hierro, llena de ramos con flores, comentábamos una y otra vez las novelas que leíamos. Al volver la vista atrás me sorprende lo mucho que aprendimos casi sin darnos cuenta. En palabras de Nabokov, íbamos a ver cómo las piedras corrientes de la vida cotidiana se transformaban en joyas gracias al ojo mágico de la ficción» (A.Nafisi)jueves, 3 de noviembre de 2016
Franz Kafka
La metamorfosis
Akal, 2005
La célebre obra del escritor
praguense nos cuenta la historia de Gregorio Samsa, quien una mañana se
despierta convertido en una especie de insecto. Bajo este argumento, que a
primera vista puede parecer incluso cómico, subyace un fondo de difícil
interpretación. Una lectura más allá de la superficie nos dejará ver varios
temas profundos, como la soledad, las apariencias etc.
El
texto, conforme avanza, va sumiéndose en un ambiente cada vez más decadente y
oscuro, que se refleja en la progresiva degradación de Gregorio, el aumento de
su soledad y el estado de la habitación donde vive; el propio ritmo lento de la
obra incrementa esta sensación. En el
transcurso de la historia, Kafka juega (y
creo que es importante no perderlo de vista) con que el lector sabe que
Gregorio conserva su humanidad a pesar de su apariencia, mientras el resto de
los personajes, y sobre todo su hermana, van perdiendo esa percepción.
Desde
su publicación, La metamorfosis ha sido una obra tremendamente polarizante: no
ha dejado a nadie indiferente. Cuenta con numerosos admiradores, así como con muchos
detractores que la tachan de rara y lenta. Personalmente me parece un libro
extraño pero brillante, que requiere una lectura profunda. Por su envoltorio
podría parecer un caramelo más, pero esconde un sabor exquisito. Muy
recomendable.
miércoles, 26 de octubre de 2016
¿Seré yo?
"La forma más contradictoria de la vida humana que puede aparecer en la vida humana es el «señorito satisfecho». Por eso, cuando el señorito satisfecho se hace figura predominante es preciso dar la voz de alarma y anunciar que la vida se halla amenazada de degeneración. (...)
[El señorito satisfecho es] un hombre que ha venido a la vida para hacer lo que le dé la gana... Ya sabemos por qué: en el ámbito familiar todo, hasta los mayores delitos, pueden quedar impunes. El ámbito familiar es relativamente artificial y tolera dentro de él muchos actos que en la sociedad, en el aire de la calle, traerán automáticamente consecuencias desastrosas e ineludibles para su autor. Pero el señorito es el que cree comportarse fuera de casa como en casa, el que cree que nada es fatal, irremediable e irrevocable. Por eso cree que puede hacer lo que le da la gana"
J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
miércoles, 19 de octubre de 2016
G.K. Chesterton
Autobiografía
Barcelona, El Acantilado, 2003 - 392 pp.
Es una autobiografía hecha con recuerdos, más o menos ordenados cronológicamente.
Desde antes de su niñez (defensa de la época victoriana), pasando por ésta
(defensa de los hobbies, la fantasía, el teatro de cartón...), la adolescencia
(escriben para pasárselo bien y fundan una revista en el colegio, lee mucho...
me recuerda la autobiografía de Zweig). Luego habla de su juventud, comentando
las obras El Napoleón de Notting Hill
y El hombre que fue Jueves. Habla de
su reacción contra el escepticismo, el materialismo, el pesimismo. Después, de
la guerra de los bóers y su posición: que las guerras legítimas son aquellas en
defensa de un ideal, no las que se llevan a cabo por conquistar territorios.
Trata también de los asuntos de corrupción que denunció junto con su hermano.
Habla de la I Guerra Mundial. Aparecen célebres personajes; por extenso: Shaw,
Wells y aún Henry James. También otros escritores victorianos y personalidades
de la política. Se detiene especialmente en su amigo Belloc. Al final, retoma,
de la mano de las historias del Padre Brown, su conversión y la defensa de la
fe católica. Enlaza una figura que expone al principio, del hombre de la llave
dorada (su padre) con el Dios de la llave dorada; y de un príncipe que va por
un puente hacia un castillo en un teatro de cartón (su primer recuerdo de
infancia, el hombre de la llave dorada, como lo visible de su padre en el mundo
fantástico del teatro de cartón) con el Pontifex, el Claviger, el sucesor de
Pedro. Aquél que es movido por su padre en un mundo fantástico... y en el mundo
real.
El
libro es, de algún modo, una última defensa de su vida. Una vida en que ha
sufrido el desprecio por defender lo que para él era la verdad. El último
bramido de un enorme búfalo moribundo que no sabe cómo decir ya, otra vez, lo
que siempre ha dicho: la verdad que él descubrió y el mundo dice buscar. Como
un grito de impotencia.
Para
leerlo, no está de más saber algo de la historia y la política de Inglaterra de
los siglos XIX y XX (al menos, del período que abarca la vida del autor:
1874-1936).
Algunos
temas que me han gustado: la importancia de hablar bien, de saber lo que se
quiere decir y pensar las frases antes de decirlas; hacer las cosas con el fin
de disfrutar, de pasarlo bien, no de tener éxito ante los hombres; la lógica
del agradecimiento, de la gracia (enlaza con lo que estoy leyendo en La libertad interior, de Jacques
Philippe); la crítica que hace del pesimismo (etc) de su época, hablando de la
cual dice “la convención de la falta de convención” (p.177) que me ha recordado
a MacIntyre y que sigue con algo que recojo en una ficha: que la única herejía
prohibida era la ortodoxia. Es un tema muy actual, con base en el escepticismo.
Me ha llamado también la atención el gusto por la lectura y la escritura desde
pequeño y en la edad adolescente.
Chesterton
tiene un modo de expresión a veces un poco enrevesado. Usa mucho de la paradoja
y juega con las palabras. Criticando una obra de Yeats dice, por ejemplo: “Lo
único malo de El lugar de los deseos del
corazón, es que el corazón no lo desea”. Esa retórica me ha gustado, pero
hace al libro un poco pesado de leer (seguramente por la falta de costumbre).
Tiene una exposición que recuerda a otros anglosajones: un ir cambiando de un tema a otro, sin previo aviso, para volver
después al primero... Cada capítulo gira en torno a algo. Hay que descubrir ese
algo para entender la lógica del capítulo. No iría mal una segunda lectura.
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